Foto de una máquina para hacer helados, cuya interfaz está completamente integrada por botones touch. A la derecha, se sobrepone el dibujo de una mujer con discapacidad visual que dice "no puedo usarlo".

Capacitismo instantáneo. Listo en 20 minutos.

Capacitismo instantáneo. Listo en 20 minutos. 1500 1138 Instituto Mexicano de Turismo y Accesibilidad

Por Isabel del Castillo Solís.

Son pocas las veces en que realmente presto atención a uno de esos tantos anuncios que inundan las redes sociales. Sin embargo, esta vez se trataba de una máquina para hacer helados en oferta, y no pude resistir la tentación de echar un vistazo.

Para mi sorpresa, el sitio web del fabricante incluso mostraba ciertos intentos de accesibilidad para usuarios de lectores de pantalla, lo cual es algo que siempre se agradece. Sin embargo, la descripción del producto omitía un detalle crucial: cómo se operaba la máquina. Así que recurrí a la inteligencia artificial para aclarar la duda: ¿se maneja con botones o con una pantalla táctil? Efectivamente, mis sospechas se confirmaron. Todas las configuraciones se acceden a través de una interfaz táctil.

 

Hola, capacitismo, nos volvemos a encontrar.

El capacitismo es la discriminación o prejuicio que se da cuando la sociedad espera que las personas con discapacidad se adapten a lo que se considera normativo, en lugar de crear un entorno inclusivo y accesible para todos. En este caso, el fabricante de la máquina no tomó en cuenta a las personas que no pueden operar la unidad sin botones físicos, ya sea por discapacidad visual o cualquier otra razón, incluso si es temporal.

Uno pensaría que a estas alturas yo estaría acostumbrada a este tipo de situaciones. Y sí, podría haber sido peor; imagina pedir el producto y descubrir después de desempaquetarlo que no puedes usarlo.

La AI me sugirió otras marcas y modelos que sí son accesibles, así que seguiré buscando y compartiré en mis redes sociales cómo funcionan esas opciones. Por ahora, esta experiencia me recuerda que las barreras capacitistas, ya sean voluntarias o no, golpean duro en la vida diaria, sin necesidad de ser ninja. No debería ser responsabilidad del usuario el esperar ser excluido.

Parodiando una canción de los 90, “yo seguiré, sin helado y sin amor”.

Gracias por leer.

Caricatura sin color de Isabel del Castillo, una mujer con discapacidad visual que lleva un mandil y un rodillo de panadera en la mano derecha.

Isabel del Castillo Solís

Es licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, maestra en Educación por el Tecmilenio, chef repostera por pasión y vocación, y consultora en Accesibilidad Web por las barreras de la sociedad.

En su trayectoria destaca la creación y dirección de una sala Braille en conjunto con el DIF municipal de Tamuín, San Luis Potosí para que niños y adultos con discapacidad visual obtuvieran formación personalizada en el sistema de lecto-escritura sin necesidad de trasladarse a la capital del estado

Proactiva y siempre dispuesta a explorar nuevas facetas, inició un pequeño emprendimiento en el área culinaria que pasó de ser un sueño a convertirse en una gran satisfacción: Postres Paraíso, su propia panadería.

Puedes seguirla en Twitter como: @postres_paraiso

O contactarla por correo electrónico: [email protected]