Por Cristóbal Getsemani Sánchez Calvillo.
El próximo domingo se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad en nuestro país, y mientras las organizaciones y el gobierno intentan destacar los supuestos avances, desde mi perspectiva como persona que vive con discapacidad visual, las preguntas persisten: ¿Hay realmente algo que celebrar o resaltar? y ¿A que aspiramos en México las personas con discapacidad?
Aunque se mencionan logros jurídicos, como la representación de PCD en la Cámara de Diputados o el Senado, la realidad tras estos hitos revela acuerdos políticos que serán condicionados por los partidos, quienes primero que otra cosa privilegian sus intereses particulares, más que un compromiso genuino. La Secretaría de Turismo presume de un catálogo de productos turísticos accesibles, pero ¿cuánto de ello es más que una fachada para ganar aplausos políticos? 12 productos denominados accesibles a los que no se puede llegar, no se pueden reservar y que están publicados en una página gubernamental totalmente inaccesible por lo menos con lectores de pantalla. Esto, sin contar el circo lastimero que en las últimas ediciones del famoso tianguis turístico, se ha llevado acabo con un seudo stand inclusivo y el desfile de edecanes con discapacidad a las que el propio Secretario etiquetó de “bellísimas y animadas”.
Por otro lado, la pensión universal para Personas con Discapacidad (PCD) es presentada como un gran logro presidencial, pero la verdad es que su alcance es limitado y su monto, irrisorio. Con apenas 49 pesos diarios, a las PCD apenas si les alcanza para un kilo de tortillas y medio de huevo.
La Secretaría del Bienestar, liderada por Ariadna Montiel, trata a las PCD como objetos de ayuda, no reconociendo plenamente sus derechos. Su enfoque paternalista, evidenciado en la falta de texto alternativo en las redes sociales, deja a las PCD visuales dependientes de terceros para acceder a este beneficio; sin contar con el chantaje electoral que grupos políticos como MORENA, ejercen al condicionar votos a su favor ante la amenaza de perder estos apoyos sociales.
De la misma forma, la discriminación no se limita al ámbito gubernamental. Empresas, marcas, aerolíneas y aplicaciones de movilidad practican una flagrante discriminación, desde empresas aéreas que rompen sillas de ruedas hasta taxis que descaradamente expulsan a usuarios con perros de asistencia de sus unidades, pasando por marcas de sopa que confunden la lengua de señas mexicana con la americana y todavía lo presumen. Incluso en programas de televisión como Shark Tank México, la inclusión es abordada con términos arcaicos y estigmatizantes por parte de los tiburones.
Por si esto fuera poco, la Encuesta Nacional de Discriminación (ENADIS) revela un alarmante aumento del 37% en la discriminación hacia las PCD desde 2018, mostrando que ni el gobierno ni la sociedad han mejorado en la percepción e inclusión de este sector y que por el contrario estamos ante un acto deplorable de pura hipocresía, pues las Personas con Discapacidad, estamos en situaciones peores de las que estuvimos hace 5 años.
Desde esta perspectiva, reitero mi pregunta inicial: ¿A qué pueden aspirar las personas con discapacidad en México?
A una pensión insignificante, condicionada por el juego político. A depender de la suerte al pedir un taxi, temiendo la discriminación o tarifas exorbitantes. A rezar para que las infraestructuras, como el servicio de transporte metro, no se caigan incendien o inunden, dejando a las PCD en total indefensión y riesgo. A enfrentar la discriminación en el ámbito laboral, desde entrevistas prejuiciosas hasta la difícil obtención de servicios bancarios. A ser utilizado como elementos de marketing para una inclusión superficial y conveniente. En resumen, en México, una persona con discapacidad parece aspirar únicamente a que la suerte esté de su lado. Esta realidad cruda y despiadada demuestra que, a pesar de las supuestas celebraciones, el país está lejos de ofrecer igualdad y dignidad a quienes vivimos con discapacidad.
Cristóbal Sánchez Calvillo
Es psicólogo con 12 años de experiencia en la administración pública, desarrollando políticas públicas con enfoque en derechos humanos, así como en la capacitación y adiestramiento en temas de accesibilidad, inclusión de las personas con discapacidad y turismo accesible.
Colabora en el IMETAC como Director de Profesionalización y Capacitación.
Puedes seguirlo en @CG_Sanchez_
O contactarlo por LinkedIn: https://www.linkedin.com/in/cristobal-sanchez-calvillo/