Louis Braille y la lectura con los dedos

El pasado 4 de enero se conmemoró el día mundial del braille, y para celebrarlo queremos contarte la historia de Louis Braille. Este texto es un extracto de nuestro libro “Crónicas de accesibilidad: los muros que derribamos”, disponible muy próximamente, donde narramos 15 historias de personas con discapacidad que han transformado el mundo. 

En un lejano y humilde rincón de Coupvray, un pequeño pueblo francés, nació un niño al que sus padres llamaron Louis.

Su vida, desde sus primeros años, se vio marcada por las barreras de la discapacidad. A la temprana edad de tres años, un trágico accidente en el taller de su padre lo privó del sentido de la vista.

No obstante, el destino de Louis tenía escrito un propósito singular. Con solo 10 años, fue admitido en el Real Instituto para la Juventud Ciega en París, una institución fundada por Valentin Haüy con ayuda de la célebre pianista María Theresia von Paradis. Esta destacable organización ofrecía una educación oral además de libros en relieve para aquellos que, como Louis, enfrentaban la oscuridad de la ceguera. No obstante, la producción de estos libros era rudimentaria, y los estudiantes no podían expresarse por escrito de esa manera.

Dos años habían pasado desde su ingreso en el instituto cuando la vida de Louis se cruzó con la de un oficial del ejército llamado Charles Barbier de la Serre. Este personaje había concebido un sistema de puntos en relieve para leer y escribir en la oscuridad, para no ser vistos por sus enemigos. El sistema de Barbier, aunque ingenioso, se mostró complejo y poco práctico, lo que encendió la chispa de la creatividad en la mente del joven estudiante.

Con perseverancia y dedicación, Louis simplificó el sistema, reduciéndolo a solo dos columnas de tres puntos cada una. Además, incorporó signos de puntuación, símbolos matemáticos e incluso notas musicales. La simplicidad y eficacia de su invención resultaron verdaderamente asombrosas, revolucionando la educación y la comunicación para las personas ciegas y desvelando un mundo de conocimiento que antes les era inaccesible.

A pesar de sus notables logros, Louis Braille nunca llegó a apreciar completamente el alcance del impacto de su trabajo. Lamentablemente, falleció a la temprana edad de 43 años en el año 1852. No obstante, su legado vive en cada página escrita en Braille, en la yema de los dedos de las personas que pueden leer usando este sistema que ha allanado el camino hacia la inclusión de aquellos que viven con una discapacidad visual.

Sin duda, la vida y la obra de Louis Braille, así como su sistema de lectoescritura, son un testimonio del poder de la dedicación y la creatividad, y recuerdan a todos que las soluciones más extraordinarias a menudo surgen de los desafíos personales y, a veces, inesperados.

Acerca del libro

Este libro, escrito por Cristóbal Sánchez Calvillo e ilustrado por Alfonso Díaz Villaseñor, forma parte de los esfuerzos del IMETAC por romper los prejuicios y estereotipos que existen en torno a las personas con discapacidad, como por ejemplo, como meros receptores de ayudas y caridad. Las personas con discapacidad son individuos con gustos, necesidades y anhelos como cualquier otra comunidad, y comparten experiencias de discriminación a causa de lo inaccesible que llega a ser el mundo que les rodea. Por eso es importante contar estas historias, para resaltar la importancia de la accesibilidad y del rol de las personas con discapacidad en derribar dichos muros.

El libro cuenta 15 historias de personajes con discapacidad como Judith Heumann, Louis Braille, Temple Grandin, Gilbero Rincón Gallardo, Maria Theresia Von Paradis, Andrew Foster, entre otros más que han enfrentado con ingenio las barreras que la vida y el entorno les imponían.

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