Por Alfonso Díaz Villaseñor
La palabra encuadre se utiliza como analogía para indicar, tal como el lente de una cámara enmarca una perspectiva específica, el punto de vista desde el que se interpreta la realidad. Cuando hablamos sobre el encuadre de la discapacidad, nos hemos encontrado con que la mayoría de la gente tiene una perspectiva muy limitada: solo ve sillas de ruedas, donativos y ayudas técnicas. En otras palabras, su encuadre no les deja ver lo que hay más allá: personas con una gran variedad de gustos, aptitudes, deseos, emociones, entre otras cosas.
Este artículo es el primero de una serie en el que explicaremos los tres pasos principales de nuestra metodología, el diseño centrado en las personas con discapacidad (PcD). Reencuadrar, vincular y co-diseñar, son tres momentos en los que ahondaremos, para que tengas una idea de lo que implica generar productos deseables, factibles y rentables para esta población.
¿Por qué reencuadrar?
De regreso al tema, un reencuadre es un cambio de perspectiva. Es ampliar la visión, hacernos hacia atrás para vislumbrar todo lo que hay alrededor. El reencuadre de la discapacidad es voltear a ver lo que pocos ven, para descubrir una bola de necesidades sobre las que casi nadie está diseñando: videojuegos, series, museos, conciertos, hoteles “de amor”… ¿Cuándo has escuchado que alguien diseñe rompecabezas para personas ciegas? ¿O trajes de baño para personas con movilidad reducida? ¿O una pedida de mano para una pareja con discapacidad intelectual?
Pero reencuadrar la discapacidad no es tarea fácil. Es romper con una serie de prejuicios y estereotipos que tenemos sobre el tema. Si llevamos toda la vida acostumbrados a los comerciales del Teletón, no podemos cambiar de perspectiva de la noche a la mañana. Por esos motivos, más que una sensibilización, proponemos un proceso contínuo de replanteamiento sobre lo que se entiende por discapacidad. Implica una reflexión sobre nuestro rol al diseñar productos, donde dejamos de ser protagonistas para dar pie a la participación de las PcD. Para ello, debemos tener contacto directo con sus experiencias de vida, y verles como individuos con identidades complejas, gustos particulares y, por qué no, como consumidores dispuestos a pagar por productos y servicios que tomen en cuenta estas necesidades.
Sabiendo esto, vamos a enumerar tres aspectos desde donde podemos reencuadrar nuestra perspectiva a la hora de diseñar productos y servicios centrados en las PcD.
1. Reformular los retos
Aunque no lo creas, muchas veces desde que planteamos un brief o reto de diseño introducimos prejuicios y estereotipos que limitan nuestro encuadre de la discapacidad. Si le pedimos a nuestro equipo o a nuestros alumnos que diseñen algo “para ayudar a las personas que sufren una discapacidad”, en automático nos estamos poniendo en un rol salvacionista, de caridad y benevolencia ante alguien que vive una trajedia –según nuestra perspectiva–.
Pensemos mejor de la siguiente forma. Hablando sobre las necesidades, es importante abordar temas que tradicionalmente no se exploran al hablar de discapacidad, como pueden ser turismo, entretenimiento, moda o romance. Ya que la definimos, es importante hacer énfasis en la equidad, por ejemplo, mencionando la autonomía o dignidad de la persona. Aquí es muy importante evitar términos que pudieran reforzar estereotipos o prejuicios sobre las PcD.
Y no olvides especificar a quién va dirigido el producto, utilizando terminología correcta para no infantilizar ni estigmatizar. Aquí van unos ejemplos:
- Diseña un objeto que facilite bañarse con su pareja, sin asistencia de un tercero, a una persona usuaria de silla de ruedas.
- Diseña un servicio para que personas que se comuniquen mediante lengua de señas mexicana puedan disfrutar de un congreso, en igualdad de condiciones al resto de los asistentes.
- Diseña un juego de mesa que puedan jugar personas con y sin discapacidad visual de manera autónoma.
Este último reto fue el punto de partida que utilizamos con estudiantes de la Universidad Anáhuac México. Un equipo desarrolló un “Adivina quien” tridimensional, en el que las características de los personajes se pueden percibir tanto por la vista, como a través del tacto.
2. AEIOU
Observar con detalle a las personas te servirá para comprender más a fondo cómo la discapacidad es provocada por las incompatibilidades con el entorno. Para ello, usaremos un marco conocido como AEIOU; un acrónimo que enumera cinco elementos a los que debes prestar atención: acciones, entornos, interacciones, objetos y usuarios.
Con esto en mente, en el IMETAC llevamos un año produciendo mini-documentales bajo la línea “descubriendo México sin barreras”. En nuestro canal de YouTube puedes encontrar ya más de 15 videos, en los que nuestros colaboradores con discapacidad visual muestran sus aventuras visitando museos, subiéndose al transporte público, probando tecnologías nuevas, y hasta haciendo actividades de ecoturismo:
Tras ver los videos, contesta las siguientes preguntas y describe con detalle qué llamó tu atención:
- ¿Qué actividades están realizando las personas con discapacidad, y cuáles hace de manera diferente?
- ¿Qué elementos del entorno les ayudan a realizar las actividades de forma independiente y autónoma, o se los impiden?
- ¿Cómo interactúan, usando su cuerpo, manos, o sus otros sentidos para realizar las actividades?
- ¿Qué objetos les ayudan a interactuar con el entorno de forma independiente y autónoma?
- ¿Qué personas usuarias aparecen y cómo se apoyan de otros individuos?
Te recomendamos fijarte en los hacks, en las tecnologías de asistencia involuradas, o en las situaciones en que los objetos son utilizados con propósitos distintos.
3. (Dis)capacitaciones
Muchas de las sensibilizaciones que ofrenen empresas o fundaciones, consisten en vendarte los ojos o probar una silla de ruedas para experimentar lo que vive una PcD. Sin embargo, como te platicamos en un artículo anterior, las simulaciones de discapacidad no necesariamente cumplen con los efectos deseados. De hecho, muchas veces solo dejan con la sensación de frustración y vergüenza, reforzando los prejuicios y estereotipos negativos sobre las PcD.
Para saber lo que realmente necesita una PcD, ¡hay que preguntarle! Y qué mejor forma de hacerlo, que a través de cursos y capacitaciones impartidos por ellas mismas, pues son las verdaderas personas expertas en sus experiencias. De esta manera, podrás aprender de manera directa, sobre sus requerimientos y las herramientas que utilizan para esquivar las barreras el entorno.
Empieza por preguntarte qué necesitas aprender. Si estás trabajando en una interfaz digital, quizás necesites saber cómo la utilizaría una persona ciega. Si vas a construir un hotel, necesitas saber cómo se desplazan personas con diferentes discapacidades. Identifica los temas que sean más importantes para tu proyecto, ya sean teóricos –como la terminología adecuada–, o prácticos –como la forma en que se utiliza un bastón blanco–.
Ya que identificaste los temas, es hora de buscar quién te los puede explicar. En el IMETAC, contamos con cursos sobre atención a turistas impartidos por PcD, en los que hablamos desde lo que significa la discapacidad, hasta temas particulares como el sistema braille y los perros de servicio. Nuestro equipo tiene amplia experiencia docente, por lo que te podemos asegurar que aprenderás de manera práctica y lúdica. También tenemos un nuevo curso en línea sobre lectores de pantalla y texto alternativo, en el que te introduciremos al mundo de la accesibilidad digital para PcD visual. Solicítalo haciendo click en el siguiente botón.
Recuerda que si vas a invitar a PcD a impartir cursos y talleres, es necesario revisar sus requerimientos de accesibilidad: si necesitan elevadores, medios de transporte especiales, salones que faciliten el contacto visual, o flexibilidad en los tiempos. En otras palabras, revisa que no existan obstáculos arquitectónicos, digitales, entre otros, para asegurar su participación sin problemas.
En conclusión, reencuadrar la discapacidad no es tarea fácil. Implica estar dispuesto a cambiar la visión sobre el tema, reconociendo los propios prejuicios y estereotipos negativos y reflexionando sobre el rol que tenemos en la inclusión o exclusión de las PcD. Pero siguiendo estos pasos, y empapándote poco a poco del tema, lograrás a futuro estar mucho más conciente de todo el potencial que existe si cambias tu visión. Así que ponte a trabajar, y recuerda estar al pendiente de la segunda parte de este artículo, donde hablaremos sobre el siguiente paso: vincular.
Alfonso Díaz Villaseñor
Consultor en accesibilidad, innovación y diseño con más de 10 años de experiencia ayudando a empresas a mejorar su comunicación visual, servicios y productos. Es ilustrador amateur, coach certificado en Lego® Serious Play® y colabora como docente en la Universidad Anáhuac, Centro de Diseño, Cine y Televisión y la Salle.
Colabora en el IMETAC como Director de Diseño.
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